lunes, marzo 03, 2008

Del Canibalismo al Capitalismo I


Los expertos, nos dicen que somos unos primates. A decir verdad somos vertebrados luego mamíferos, primates, haplorrinos, simios catarrinos, hominoideos, humanos y al fin sapiens, aunque esto ultimo sea algo muy discutible.
A lo largo de los últimos 5 millones de años, distintos tipos de hominidos convivieron mejor o peor ( podemos imaginarnos todos los escenarios y situaciones posibles, dada la enorme cantidad de tiempo empleado ) adaptandose y evolucionando unos, extingiendose otros, en virtud de los eventuales cambios climaticos y medioambientales, hasta quedar tan solo la actual especie humana.
Alrededor del -300.000( cien mil años arriba o abajo), una variedad del homo ergaster, dio lugar a dos nuevos tipos, los de Neanderthal muy adaptados al frio y a los Cromagnon, muy adaptados a todo. Mas tarde hacia el -27.000, desaparece el de Neanderthal y el otro tipo, el nuestro, se queda definitivamente solo.
La ultima glaciación acabó quince mil años después y desde el -10.000, casi en seguida, aunque solo en lugares muy concretos el hombre, ya cría animales, cultiva , alea metales y construye ciudades, quiero recalcar esto, unicamente determinados colectivos, desarrollan una forma de vida completamente nueva, basada en la producción y el intercambio, distinta de la del resto de los humanos, que continuan dispersándose por todas partes, siguiendo a los rebaños de sus eventuales presas, sin preocuparse aparentemente de otra cosa que no fuera llenarse la barriga. Este fenómeno ha dado en llamarse Neolitico.
Asi continuaron las cosas hasta que llegamos a los albores de la historia, sobre el -6.000, que es cuando a los habitantes de las ciudades les dá, al parecer, por inventar la escritura y construir pirámides, a la par que a los europeos les entra la fiebre del megalitismo.
Sin embargo los documentos historicos mas antiguos conocidos, nos dicen otra cosa muy distinta: muestran al ser humano como un producto de ingenieria genetica, elaborado por otros seres, llamados dioses, para proveerse de mano de obra . Según estos mismos testimonios, impresos en autenticos ladrillos de barro cocido, el hecho de que el hombre no haya continuado viviendo en tribus, no es debido a ningún factor medioambiental. El urbanismo, la agricultura, todo cuanto conforma la civilizacion tal y como la conocemos, resulta que lo aprendimos de “los dioses”. Un demerito extrañamente curioso, conociendo la vanidad humana, que el hombre de entonces atribuyera a terceras personas, los logros de los que el hombre de hoy se siente tan orgulloso. Algunos eruditos suponen, apelando a la prodigiosa capacidad de imaginacion del ser humano, que la ignorancia sobre sus origenes le indujo a inventarse esos seres superiores venidos de otra parte. El arado o la rueda, por poner un ejemplo de algo “civilizador”, vete a saber quien lo inventó, pero ¿A nadie le parece excesivo sacarse de la manga varias dinastias de dioses, para justificar su existencia?.
Aquellos que todavía hoy creen en la, llamemosla teoría de la creación, no podemos negarle ese status, en realidad la repudian, tan solo porque viene de manos de arqueólogos y especialistas en lenguas muertas, la ciencia sigue siendo algo ajeno a su universo y sin duda prefieren la interpretación de los sacerdotes, de los rabinos, de los mullah.
Desde hace siglos, los “creacionistas” esperan el regreso de su dios, han concluido que el hombre carece de la necesaria capacidad de autoconservacion y se va a ir a la mierda fijo y mejor antes que después ya que por lo visto, algunos de estos “creyentes” tienen plaza reservada en el otro mundo.
Desde hace ya siglos, a los cientificos siempre les falta un eslabon (no un tornillo, eslabon), a este ritmo la teoría “evolucionista” va camino de convertirse en la teoría interminable y por otro lado no hay dios que consiga hacer ver a un cura que sus preciosos documentos ( que lo son), no son de inspiracion divina y ni siquiera son los originales. Bueno, a lo mejor un cura, es solo un peon que al fin y al cabo también es una persona , podría entenderlo, pero la grotesca maquina burocratica que lo emplea, solo se preocupa de seguir al mando.
Aceptar que la adicion de un puñado de genes, al genoma de un hominido autoctono, en un estadio intermedio de su evolucion, pudiera haber traido a la existencia a una nueva especie, solucionaría de un plumazo la controversia, aunque esta teoría “hibrida” tampoco estaría exenta de preguntas, que además, seguramente tendrian que responder no los antropólogos ni los teólogos, sino mas bien las agencias aeroespaciales, y los genetistas, para colmo de males.

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