ΝΑΙ ΣΤΗΝ ΔΗΜΟΚΡΑΤΙΑ
Dicen los que saben, que en la actualidad el capitalismo ha
rebasado ampliamente los límites que el propio término impone, dicen que ahora es
otra cosa, algo de lo que el mismísimo Adam Smith habría abominado. Este señor del
siglo XVIII, creía en el concepto de nación y pensaba que la economía de un
país, necesita una amplia clase media ocupada y bien atendida, lo cual debía garantizar
una indispensable estabilidad social. Para bien o para mal, las corporaciones
transnacionales han roto este esquema y la idea de nación se ha quedado
obsoleta de un plumazo, digan lo que digan los nacionalistas, que todavía los
hay. El redactor de la biblia del capitalismo, vivió en pleno siglo de las
luces, pero si su modelo económico contempla algún respeto por la clase
trabajadora, probablemente era solo un síntoma del terremoto financiero que iban
a representar las revoluciones que se avecinaban y que sin duda veía venir.
Paradójicamente, estas mismas corporaciones se jactan de su
patriotismo, por eso podemos ver productos genuinamente americanos, fabricados
íntegramente en Alemania, por ejemplo o como en este país, donde vemos como a
los directivos empresariales les duele la boca de hablar de la marca España,
desde sus sedes en Londres o Suiza. Es algo notoriamente curioso, pero que pasa
prácticamente desapercibido. Hacen muy bien quienes protegen su lengua y su
cultura, pero tienen que empezar a ser conscientes de que la guerra se
desarrolla en otros frentes, dentro de sus propias filas. Se está transmitiendo
la sensación de que ya está todo controlado, se pilla a los corruptos, pero
nada se dice de los corruptores y de los mecanismos de los que se valen. Si,
vale, se habla de las lobbies y su influencia en el parlamento europeo, de las
SICAV y de muchas otras cosas, que en definitiva la gente no entiende o no sabe
qué hacer para combatirlo.
El feudalismo está abriéndose paso, solo falta privatizar la
sanidad y cuando la consigan, únicamente tendrán que bajar los impuestos para
arruinar el Tesoro público y todo habrá acabado, la “democracia” estará kaput. Tendremos que ir arrastrándonos y besarles el
culo a los ricos, de
nuevo, a mendigarles un mendrugo o unas migajas, reunirnos a la puerta de la
mezquita para ver si cogemos unas monedas, tiradas al aire para que nos
apartemos de su camino, mientras irónicamente ellos suman puntos en su cuaderno
de notas celestial.
La tiranía nos espera a la vuelta de la esquina y viene de
la mano de nuestro mejor aliado: los Estados Unidos, vaya novedad. Resulta que,
muchos europeos ignoran esto, en la “tierra de la Libertad”, no existe “ala
izquierda”, el americano medio no sabe lo que es el anarquismo o lo confunde con
el terrorismo y los comunistas y socialistas brillan por su ausencia a causa
del bombardeo mediático antisoviético que ha sufrido la población desde los
años 40, así el poder se lo disputan alternativamente la derecha más extrema
bajo el pseudónimo de “Republicanos” (podríamos llamarlos Nazis sin
equivocarnos demasiado) y el centro-derecha que son los que se presentan a sí
mismos como “Demócratas”. Esto no carece de importancia, todo lo contrario: La
elite financiera estadounidense sabe que “la izquierda” conserva, una cierta
aura de respetabilidad en el continente europeo y me da a mí que esto de
levantar un Golem aún más feo que el capitalista, en el Sur del Mediterráneo,
es la maniobra definitiva para “hacernos entrar en razón”.
Los gobiernos europeos ya han firmado el TTIP; pero eso no
quiere decir que los ciudadanos europeos no puedan deslegitimar a sus
gobernantes en las urnas, algo que para los americanos es sencillamente
imposible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario