Eannatum de Lagash 2450 BC
Desde el punto de vista lingüístico, a partir del 5500/5200 convivían al menos tres tipos de
lenguas en el área mesopotámica: el
proto-semitico al Norte, el proto-eufratico
que era presumiblemente la lengua de las
gentes de El Obeid llegadas al Sur desde el Este, e igualmente en el Sur a
muchos nos gusta pensar que también el sumerio, ateniéndonos
principalmente a las creencias de los
propios sumerios, quienes remontan su llegada a la zona miles de años antes del
descubrimiento y desarrollo de la escritura. Quizás no deberíamos hacer tanto caso de las
especulaciones de los lingüistas en esta materia, sin embargo también los
arqueólogos e historiadores modernos a pesar de lo contradictorio de los
hallazgos, quieren limitar la llegada de los sumerios a poco más o menos la
época de los primeros escritos cuneiformes.
Nadie se ha atrevido todavía a certificar con rotundidad que
tipo de lengua se hablaba en Eridú
entonces, restando de esta forma toda la importancia a las crónicas mitológicas
sumerias y para afirmarse en esta postura, dado que se cuestiona el origen de
la lengua, se cuestionan también los orígenes de la ciudad y su templo, lo que pone en tela de juicio absolutamente
todo lo que hasta ahora creíamos saber a través de las tablillas de barro, con
el trabajo que costó descifrarlas. A
decir verdad, el idioma sumerio se
encuentra desde época temprana muy diluido, hasta el punto que desde el 2600 hay que saber acadio para leer a los
sumerios y más tarde también aprender arameo, no es que no haya obras en sumerio,
pero la mayoría son copias de épocas posteriores.
Sin embargo cabe
pensar que las gentes de El Obeid y los sumerios llegaron a algún tipo de
acuerdo o alianza tras una primera toma de contacto que no tuvo por qué ser necesariamente
afortunada. Aun así, aquellos pudieron llegar a ser en definitiva el soporte
humano original encargado de expandir las ideas sumerias, dado lo limitado de
la presencia física de este pueblo, la escasez de efectivos, explicaría de paso el vertiginoso despliegue
de esta cultura que perduro mil ochocientos largos años . Esto bien podría ser así si consideramos la estrecha relación en los
mitos, de Enki , el dios fundador de
Eridú, con Ninhursag, el equivalente en la cultura sumeria de la diosa madre
ancestral (Ki), divinidad a la que muy probablemente adoraban en El Obeid, a
muy pocos kilómetros de Eridú, una hipótesis que podría verse corroborada por
la existencia de un templo dedicado
a esta diosa hallado en los alrededores.
Los semitas eran más de Inana/Isthar
quien acabaría con el tiempo ensombreciendo a la vieja diosa madre.
Aguila leontocefala. Tell el Obeid
A pesar de todo, la mayoría
parece estar de acuerdo en que el vehículo humano para las ideas sumerias fueron
exclusivamente los semitas, concretamente los futuros acadios, a
pesar de las diferencias cosmogónicas entre la mitología de Eridú y la del
resto de las ciudades sumerias, fuertemente semitizadas. De la misma forma que
en Egipto coexistieron varias teologías, reflejo de las propias divisiones
socio-culturales del país, es posible al menos distinguir cuatro versiones
cosmogónicas en función de la
preponderancia política, económica o militar de una ciudad u otra dentro de la anfictionía
sumeria: la tradición de Uruk, la de Shuruppak, la de Nippur y por supuesto la
de Eridú.
Hacia el 3700/3500 BC el periodo de Uruk, ya netamente
sumerio según los especialistas, reemplaza a El Obeid y aunque la craneometria tiene actualmente
muy mala prensa, sin embargo la forma del cráneo de los sumerios en las
representaciones graficas no se corresponde con la tipología general de las
cabezas halladas en los yacimientos arqueológicos. En las imágenes, las lampiñas
caras sumerias parecen todas la misma, son
un estereotipo estético y formal, el mismo concepto estilístico que
manejaron los egipcios y la mayoría de los pueblos de la antigüedad hasta el
triunfo del naturalismo helenístico.
Tal vez ya por
entonces no quedaba de los presuntos sumerios de Eridú apenas poco más que su lengua y su cultura,
condensada en los enigmáticos ME, una caótica lista que incluye joyas dotadas
de poderes sobrenaturales, virtudes, instrumentos musicales, defectos, inventos, profesiones, técnicas, en
total entre cincuenta y un centenar de cosas aparentemente dispares que eran prerrogativa absoluta del
dios Enki, con la autorización de Anu y el beneplácito de la asamblea del resto
de los dioses. Enlil, el dios de Nippur,
el jefe de los dioses, podía quedarse con las tablillas de los destinos pero
los poderosos ME eran de Enki , aunque lo cierto es que ninguno de los dioses era
bueno guardando cosas…
La historia comienza.
Desde los escritos de barro que un renombrado erudito algo estúpido confundió
con huellas de pájaros, se levantan los dioses antediluvianos que por entonces
gobernaron las mentes de las personas para decirnos, entre bastantes otras
cosas que queda , aun por descubrir, mucha más historia antes de la historia, que
después.
"ME"
Se refiere a las tablas Me del destino?
ResponderEliminarSe refiere a las tablas Me del destino?
ResponderEliminarlas tablillas del destino se refieren a otra cosa, son NAM.TAR. Los ME son mucho mas,
EliminarGracias por ayudar a situar la realidad sumeria a los que no somos entendidos en la materia.Me atrevo a señalar el nivel emocional,personalizado del escrito.Espero que,a pesar de ello se conserve la neutralidad sobre estos no semitas indoeuropeos.Gracias de nuevo.
ResponderEliminar