Hace años, yo estaba trasladado en Azpeitia por trabajo y aunque el pueblo y sus alrededores son preciosos, es un lugar pequeño, lo que quiere decir que acabas conociéndolo pronto y como no era cosa de agarrarme una curda cada tarde en algun bar, algo que se estaba convirtiendo en habitual, me propuse ampliar un poco mis conocimientos de historia antigua. Había leído no hacia mucho el apasionate “dioses tumbas y sabios” de W.C.Ceram, un libro del que me quedó tan buen sabor de boca que quise perseverar en la lectura sobre las antigüedades de los hombres. Buscaba algo menos divulgativo, pero hay mucho donde buscar asi que me decidí por la “Historia” de Herodoto, que era algo enciclopédico, amplio y diverso. Fui adquiriendo los nueve libros en cinco tomos poco a poco, claro, tomo a tomo, porque ni los tenían todos en aquella pequeña aunque muy bien surtida librería ni eran baratos (tampoco caros si los comprabas mes a mes), y han sido sin duda una de las adquisiciones de las que jamás me he arrepentido,
En realidad de hecho yo era un asiduo lector de novela, Isaac Asimov, Julio Cortazar, por supuesto los cuentos de Borges... La novela es un género que salvo raras excepciones, (“Los pilares de la tierra”, “Chico Zigzag”) se puede decir que abandoné casi por completo a partir de aquel momento. Ya había leído antes algo de los clásicos, la Iliada, la Odisea, la Eneida....pero eran ediciones vulgares, bastante crípticas y difíciles para un profano, así que cuando descubrí las ediciones críticas, abarrotadas de comentarios y notas aclaratorias, sentí que el mundo antiguo se revelaba ante mis ojos como nunca antes y ese hecho puso a la Editorial Gredos, dentro de mi escala de valores, en la más alta estimación. Lamentablemente esta valoración ha descendido mucho de nivel desde que, ya recientemente, empecé con Diodoro de Sicilia y su Biblioteca histórica.
Leer a Diodoro no es como leer a Herodoto, a pesar de que haya versiones de este último, discrepancias entre traductores, posibles párrafos añadidos, etc. , da la impresión de que ha llegado a nuestros días bastante íntegro, a diferencia de Diodoro, cuya obra a pesar del prestigio acumulado en época latina y durante el renacimiento, a pesar de s éxito, sus ediciones sucesivas, de su uso continuado durante siglos, en la actualidad es una obra fragmentaria, incompleta probablemente por el exceso de ambición de su autor. Por otra parte desde hace más de un siglo Herodoto como verdadero autor, por su espíritu viajero y desde luego por su mayor antigüedad, se ha revalorizado mucho mientras que a Diodoro podría decirse que se le ha terminado poniendo en el lugar que le corresponde, como auténtica rata de biblioteca que fue, dicho sea en el mejor sentido de la expresión.
En Diodoro hay datos muy interesantes, como la referencia a la inscripción de Behistun, gracias a la cual, una vez hallada en el S.XIX, pudo descifrarse la escritura cuneiforme. Asimismo Diodoro ilustra muy bien el pensamiento estoico griego sospechosamente similar a la moral cristiana, cincuenta años antes del nacimiento de Cristo y sobre todo refleja un acusado evemerismo, una línea de pensamiento execrada por los griegos por tratar a los dioses como a seres humanos, que sin embargo tuvo mucho éxito en el mundo romano. Sin embargo Diodoro aparentemente es muy negligente, es dado a prometer aclaraciones o ampliaciones sin que en algunos casos esto llegue a producirse, cosa que no ocurre con Herodoto quien no tiene ningún reparo en abrir un excurso o disgresion cuando lo cree conveniente en lugar de postergar la información. Lo realmente decepcionante de leer a Diodoro, sospecho que no es culpa del autor, o tal vez si, que se yo, no soy un experto, como digo lo decepcionante es encontrarte una pésima traducción, o tal vez mejor dicho una pesima edicion o redacción de la traducción, tan extraña y arcaizante (por ejemplo se emplean giros medievales como “al su alrededor” en vez de “alrededor de el” o “a su alrededor”, tanto es así que Herodoto, cuatrocientos años más antiguo, usa sin embargo un lenguaje a todas luces mucho mas claro y actual), que a veces hace verdaderamente incomprensible el texto o requiere leerlo varias veces con detenimiento; por ejemplo:
"Contribuye también ella (la historia) a la fuerza de la razón, más bella que la cual nadie encontraría fácilmente otra cosa."(?) (en las notas aclaratorias a pie de página se nos explica que del elogio de la historia se pasa al de la razón, de la palabra, del logos.)
Lo que no tiene disculpa alguna es la enorme cantidad de erratas tipográficas, un autentico chorreo, e incluso faltas de ortografia (te encuentras por ejemplo "harmonia" en lugar de "armonia") que sumadas al resto de inconvenientes convierten el texto en un auténtico despropósito (como muestra, un boton:
denominaqcion ,
I,24,4
se creer, I,28,1
de de, I,29,3
creen de haber,
I,31,4
territorio que es inaccesible el territorio, I,32,1
inundarses, I,32,10
se acercaron mímamente,
I,37,4
poseen de desembocaduras,
I,38,3
resumen la la forma,
I, 42,2
En resumen, Diodoro puede que no sea tan interesante como Herodoto, pero al menos merece un cierto respeto y los lectores mas aun.
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