(dios) A - NUN - NA - KE4 - NE
Multitud de documentos de arcilla hacen referencia a estos
antiguos dioses, pero hay dos especialmente extensos, el Enuma-elish y el
Atrahasis, composiciones reelaboradas por cuestiones políticas y religiosas a
lo largo de los siglos mientras pasaban de mano de los sumerios a los acadios,
babilonios, asirios y persas, textos que
hay que decir que no tenían el carácter doctrinal de otros libros sagrados como
la Biblia o el
Corán, se trataba solo de un tipo de épica mística donde los caballeros eran
los dioses celestiales y los dragones y las damas, quimeras y mujeres humanas,
o viceversa que de todo hay en una civilización milenaria como la sumeria o
mejor dicho mesopotámica.
Hay que reconocer que Zechariah Sitchin, a pesar de la confusión
y las diatribas que se han generado a
partir de sus libros, ha dado a conocer un mundo olvidado a mayor numero de
personas que los auténticos especialistas, sin querer desmerecer con lo dicho
el fantástico trabajo de eminencias como S.N.Kramer o J. Bottero, verdaderos
divulgadores además de expertos académicos, a quienes debo bastantes horas de
fascinante y para mi gusto, amena lectura.
Hay mucha envidia por ahí,
es verdad que Sitchin se ha forrado con sus libros, esgrimiendo mucha
documentación y especulando a placer, abusando a veces de la confianza de la
gente pero esto lo hacen a diario los bancos, los gobiernos y las religiones
cuyo prestigio sin embargo prevalece misteriosamente.
El idioma sumerio se conoce parcialmente bastante bien y es
mas fácil de traducir en las tablillas posteriores a dos mil años antes de la
era actual, ya que es por entonces cuando aparece el uso de las partículas
gramaticales como una evolución logica y necesaria, el sumerio escrito
primigenio era mas o menos como el idioma de los indios de las películas del
oeste que hablan con infinitivos; es decir sucinto y con mucho margen para la
especulación. Visto así las interpretaciones de Sitchin en ocasiones no parecen
más disparatadas que las de los lingüistas profesionales, si bien otras veces
parece evidente que tal vez se deja llevar por la imaginación, como en el caso concreto
de la palabra MU sumeria que se traduce al acadio como SHUMU y que se encuentra
en el hebreo, que es un pariente del acadio, como SHEM, termino que designa
igualmente al hijo de Noé, a la palabra “nombre” y tambien ”monumento”. Aunque
en ocasiones el signo cuneiforme representa realmente una imagen de lo que se
quiere expresar, Sitchin deja a un lado el acostumbrado valor fonético y reinterpreta
su significado a partir de la forma del glifo cuneiforme, en verdasd extremadamente
similar a lo que en el imaginario popular de hoy en día es un cohete o una nave
espacial, alterando profundamente el sentido de algunos pasajes tanto sumerios
como de la Biblia,
asi tenemos según Sitchin a Gilgamesh, en su conocida epopeya, diciendo algo asi
como (no seais mal pensados, yo no creo que este señor tuviera problemas de ereccion):
“¡ Que pueda elevar mi cohete,
En el lugar donde se elevan los cohetes…..!”
, cuando los especialistas leen:
“¡Que pueda elevar mi nombre,
En el lugar donde se elevan los nombres….!”
cuyo sentido se hace mas evidente otorgando a la palabra
“nombre” el sentido de “reputación”. Sitchin se defiende alegando que a menudo SHEM
hace referencia a un betilo o un obelisco, un monumento conmemorativo, que en
definitiva es una representación en piedra de un cohete. Los especialistas no están
dispuestos de ninguna de las maneras a aceptar esto, aunque no saben a ciencia
cierta que significado tenían los obeliscos o los betilos para las personas de
su época, algunos de estos especialistas especulan (si, también los
especialistas especulan, sobre todo cuando la otra versión les parece demasiado
bizarra o extravagante) con que un obelisco es una forma estilizada de pirámide,
explicación que a mi modo de ver tampoco es especialmente clarificadora. Por
otra parte la idea de los “carros celestiales” no es en absoluto extraña en los
antiguos escritos como el Mahabharata, la Biblia o el Corán; como se puede comprobar a través
de la visión de Ezequiel (Ezequiel 1) o el caso de Enoch (Genesis 5:24), de quien se dice explícitamente que
no murió sino que fue arrebatado a los cielos al igual que Elías (Reyes II 2:11).
En realidad no he encontrado, en el puñado de tablillas disponibles en Internet el termino
“an-nun-na-ki” cuyo sentido según Sitchin es el sugestivo “los que vinieron del cielo a la tierra”, aunque hay decenas de miles de tablillas que
por supuesto no he visto y en fin, como ya he mencionado, dado el carácter esquemático
del sumerio pre-gramatical, donde la especulación es primordial, todo es
posible. En realidad la palabra que habitualmente
designa a los dioses varía, a veces son los A-NUN-NA, a veces los A-NUN-NAK, otras
los A-NUN-NA-KE4-NE, otras incluso los A-NUN- KE4-NE ahora
bien su traducción en todos los casos es difícil y altamente especulativa, por
lo general los expertos señalan al termino NUN que significa “príncipe, noble” que junto con el resto de partículas
gramaticales a grandes rasgos vendría a querer decir “los del linaje de los príncipes”, traducción que resulta sumamente insatisfactoria
y que podría inducir a error, confundiendo a los reyes humanos con los dioses,
si no fuera porque afortunadamente los sumerios tenían la costumbre de
diferenciar los nombres de los dioses anteponiendo un asterisco (AN = “cielo”,
“estrella”, otros traducen el símbolo directamente como DINGIR, “dios”) que no
se verbalizaba.
En la entrada del mes de Abril, especulé (yo especulo, tu
especulas….todos especulamos) con el significado del nombre de la ciudad de
Eridú, cuyo signo es el mismo que para “principe”, es decir NUN, así *A-NUN-NA-KE4-NE podría también querer decir “los del linaje
de Eridú”, la primera ciudad fundada por los sumerios.
Desde que el difunto Zechariah Sitchin pusiera de moda a los
anunakis, un montón de conspiranoicos han elaborado unas cuantas teorías en torno a unos dioses arcanos relativamente
mal conocidos y a los que han atribuido gratuitamente, dada la escasez de
pruebas, mas por intuición que por lógica un origen reptiloide, no podemos
olvidar que de no haber sido exterminados los dinosaurios en su momento, es muy
probable que la especie dominante en este planeta no fuera la de los mamíferos,
por otra parte dioses-serpiente hay en la mayoría de las mitologías conocidas y
concretamente en la de los sumerios, que es de la que estamos hablando, existen
sellos y representaciones de dioses con cuerpo de reptil, sin olvidar a las
enigmáticas estatuillas de madres con niño y cabeza de ofidio, muy populares
hace cinco mil años dada la cantidad de ellas que se han encontrado. Aun así,
solo se puede hablar de indicios, sospechas, no hay pruebas en el sentido
estricto del termino, de tal manera que esta por ver toda esa historia que va
de los anunakis a los Rothschild pasando por los Templarios y en la que creo
que ni el mismo Sitchin se atrevió a entrar.
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