Últimamente se pretende negar la relevancia de uno de tantos
pueblos que no pudieron llegar a ser, frustrado su desarrollo por la invasión
de otros pueblos más avanzados tecnológicamente y con mas historia a sus espaldas.
Prácticamente lo poco que se conserva de este pueblo olvidado quiere ahora
atribuirse exclusivamente a los fenicios.
No he sido capaz de
encontrar grandes muestras de la orfebrería fenicia, que por otra parte se
especializó principalmente en la manufactura de imitaciones egipcias y mesopotámicas.
Además los sacerdotes fenicios, al igual que los egipcios no usaban ningún tipo
de ornamentación, al menos nada parecido al conjunto de piezas del tesoro del
carambolo, sus hábitos eran bastante sencillos.
Otros intentan
transmutar este ajuar en ostentosos arreos de un buey sacrificial pero es un
supuesto algo rebuscado. Por todo esto no entiendo porque hay que renunciar a
la definición clásica de “tartésico orientalizante”, es innegable la influencia
fenicia en la zona, de ahí lo de “orientalizante”, pero lo cierto es que no se
ha encontrado en ninguna parte del vasto mundo fenicio, nada parecido al
hallazgo de la localidad de Camas, por lo que me parece prematuro obviar la
existencia de Tartessos.
Se presupone además
al pueblo tartésico un filo helenismo que representa en la práctica una actitud
antagónica frente a la presencia fenicia. El interés demostrado por Argantonio
en buscar una alianza con el mundo griego, a pesar de los defectos del texto de
Herodoto, parecen incidir en la posibilidad de la existencia de una rivalidad
entre tartesios y fenicios, un reflejo del temor de los primeros ante la
creciente presencia de los segundos. Como curiosidad lingüística quiero añadir
que los sufijos –essos, -assos, han sido
identificados por los lingüistas con topónimos pre-griegos, de la península balcánica,
presumiblemente pelásgicos, que pasaron a la lengua griega después que estos
invadieran la zona, aunque el nombre probablemente derive originalmente del semítico
Tarsis, a pesar de la oposición de un buen numero de especialistas que gustan
de situar la Tarsis
bíblica en el Indico o incluso en África.
En un momento dado, los reveses recibidos por los griegos en
sus guerras contra los persas, alejaron a los helenos de las columnas de Hércules,
momento que tal vez aprovecharon los fenicios para afianzar su influencia en
Tartessos, aplastando la eventual resistencia de los autóctonos y plantando
templos fenicios en los alrededores si no directamente encima de los lugares
sagrados tartésicos, practica que ha sido de uso común en distintos lugares y
epocas.
La teoría de que se trata de los ornamentos de un buey seria
factible si no fuera por el collar de los sellos, que no encaja lo mires como
lo mires. Este collar representa mas de lo que aparenta si bien sus significado
y uso siguen siendo un enigma, esta claro que no es una simple joya, debía
tener una utilidad y tal vez hubiera sido posible deducirla si lamentablemente
no le faltase una pieza, aparentemente otro sello aunque no podemos saberlo con
certeza, podría ser cualquier otra cosa.
Tal vez este misterioso colgante formaba parte de algún
ritual y el carácter hermético de la combinación de símbolos, su posible
significado se nos escapa o quizás eran utilizados para sellar contratos o
acuerdos, normas o leyes, o tal vez contaban historias como las quipus incas,
lo cierto es que solo tenemos un par de pistas de momento aparentemente inútiles,
los patrones y los números, sujetas ambas a revisión hasta que aparezca el
sello faltante o ¿puede deducirse su aspecto a partir de las combinaciones de
los demás?. Ahí dejo el reto.
Hay distintos patrones combinados de una manera concreta
fundamentada en los números 4 – 2 – 1:
En los asideros hay cuatro patrones de ondas, dos de círculos
con un punto central y uno de rayas paralelas.
En los costados hay cuatro patrones de rayas en zigzag o triángulos,
dos de círculos con un punto central y uno de ondas,.
Los sellos en si mismos, la base imprimible, tienen asimismo
cuatro patrones de diseño cruciforme , dos de diseño algo distinto del anterior
y uno completamente diferente:
Todo esto puede ser un galimatías derivado de la falta de
imaginación del artista, aunque a mi no me lo parece, creo que quizás hay algún
sentido olvidado en las distintas combinaciones de símbolos.
Sabemos muy poco de la efímera historia del pueblo
tartésico, probablemente no era un grupo homogéneo, sino que estaba comprendido
por distintos clanes que sin embargo compartían una lengua común, que aun no ha
podido descifrarse.
Tal vez la persona que portaba el collar y el resto de las
piezas, era el jefe de unos supuestos ocho clanes, uno por cada sello, quien
sabe. Hay constancia de que en algún momento de su historia poseyeron un ejército
de mercenarios iberos asentados en los alrededores. No existe ninguna ciudad
monumental, aunque si distintos poblamientos, lo que sostiene la teoría del
grupo de clanes. Tal vez hubo una ciudad o un centro de culto, un punto de reunión
que no ha podido ser encontrado. Todo lo que pudiera haber sobrevivido a los
fenicios fue posteriormente desmantelado por sus primos africanos, los
cartagineses.
No niego que los fenicios pudieran imbuir en los habitantes
de la zona la idea de que la elaboración del metal a partir del mineral era algo
mágico o místico y a la vez mas provechoso que la caza de conejos, era el
petróleo de la época, al fin y al cabo ninguna de las múltiples guerras de
aquellos tiempos hubieran sido posible sin el codiciado metal.
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