martes, marzo 01, 2016

Global war(n/m)ing (II).



Puede que todos nos hayamos preguntado alguna vez, por qué los esquimales se han quedado ahí, en medio de ninguna parte y con nieve hasta las orejas. La respuesta es algo más complicada de lo que parece.
 Como en muchos otros aspectos de la existencia, en cuanto al tema del cambio climático, tenemos fundamentalmente, dos líneas políticas contrapuestas: unos defienden disminuir la emisión de gases de efecto invernadero, lo cual obviamente molesta a los entramados industriales y financieros, quienes por su parte se mantienen enrocados en la inevitabilidad de los eventuales acontecimientos, por lo que no piensan hacer nada al respecto y así, esta es la situación: cabe esperar un genocidio.
Por otra parte está la opinión de los expertos que, se quiera o no, se encuentra tamizada por la orientación política de cada cual y así, andan enfrascados en polémicas, unos contra el calentamiento global, otros negando la evidencia, y todos especulando sobre las informes y las estadísticas más recientes. Sin embargo ninguno pierde de vista la gráfica obtenida de los núcleos de hielo extraídos en la Antártida en los años 50, corroborados luego después, por los de Groenlandia a partir de los 90, y que nos hablan, no de eventuales fenómenos físicos o meteorológicos locales, sino de cien mil largos años de bajada continuada de la temperatura en todo el planeta, que se dice pronto. Hay un dato no carente de tintes proféticos: solo son necesarios dos veranos templados para desencadenar una glaciación.


Como se puede ver en la gráfica superior, los periodos interglaciares anteriores (esos picos, con su duración marcada en verde, arriba) han sido más cálidos que el actual, que de hecho se está prolongando más de lo esperado, aunque nada indica que vaya a durar para siempre. En la gráfica siguiente de los últimos diez mil años, a pesar del evidente calentamiento global,



(image from wattsupwiththat.com)
(que aun así, sigue por debajo de los niveles de otras épocas históricas), se aprecia como en realidad, la temperatura no ha hecho sino bajar, hasta hace solo unos cien años (esa línea verde descendente). Aunque pueda parecer que no viene a cuento, cabe resaltar la obsesión de Amenhotep III y sobretodo de su hijo Akhenatón con el dios Atón, durante la época del calentamiento Minoico, en la gráfica anterior, curiosamente en aquel tiempo, se produjo una suerte de sincretismo en torno al disco solar, en todos los países relacionados de una manera u otra con Egipto. Asimismo el emperador Juliano II durante el Imperio romano, fue llamado “el apostata” por declarar al Sol como dios único y universal. En ambos casos, en la gráfica, se ve que hacia calor.

Volviendo al asunto, si los polos se funden demasiado rápido, al parecer, además de inundar la mayoría de los centros urbanos costeros, donde vive nada menos que el cincuenta por ciento de la población mundial, una bajada brusca, de tal magnitud, en la salinidad del mar, lo haría susceptible de congelarse. El equilibrio térmico es algo muy delicado y aunque queramos creer que una gestión controlada de los gases invernadero, podría limitar el calentamiento global, no nos engañemos, en cualquier momento, un volcán puede acabar en un instante, con décadas de minucioso control medioambiental. El volcan Paektu en Corea del Norte esta siendo observado actualmente por cientificos occidentales con la colaboracion de los norcoreanos, a pesar del clima politico, porque presenta signos de actividad. La ultima erupcion data del 946 AD y es posible que este relacionada con la brusca caida de las temperaturas en esa misma epoca.

Se han propuesto muchas formas de explicar, porqué el planeta se enfría periódicamente: en 1941 fue expuesta por Milankovitch la tildada de elegante, teoría de los ciclos orbitales terrestres, tres ciclos concretamente de 100.000, 41.000 y 22.000 años. Pero no satisface a todos, y hay muchas otras teorías igual de validas que la del geofísico yugoeslavo, fundadas en los ciclos de máximos y mínimos del número de manchas solares; incluso en alineaciones planetarias presididas por la poderosa gravedad de Júpiter y que podrían levantar mareas de plasma en la superficie del Sol; otras involucran a fenómenos estelares más allá del sistema solar, enormes nubes de gas, por ejemplo, que el propio sistema atravesaría cíclicamente, en su viaje alrededor del centro galáctico…en fin, lo que todas estas teorías tienen en común es que es algo imparable y ajeno a la virtualmente insignificante influencia humana.

Prometeo fue arrojado del olimpo por defender que no había diferencia entre la humanidad y los dioses, aparentemente los dioses eran poderosos, sin embargo evitaban enfrentarse a los fenómenos atmosféricos: durante el diluvio todos trataron de huir a otra parte, si hemos de creer en las leyendas. Sin embargo estamos tratando de combatir el cambio climático en lugar de tratar de adaptarnos. Algunos investigadores han declarado que, hace décadas que deberíamos haber empezado a dedicar nuestros esfuerzos, no en tratar de controlar el clima, sino en desplegar, en desiertos situados en la latitud adecuada como el Sahara, la infraestructura necesaria para trasplantar las actuales zonas cultivables que con el tiempo dejaran de serlo; y organizar además, zonas de habitación para los cientos de millones de refugiados que tendrían que desplazarse desde las áreas del planeta más afectadas. Alguno de estos ilusos, han hecho estudios bastante exhaustivos al respecto, archivados con bastante probabilidad, en las papeleras de los despachos de los departamentos competentes. El arca de semillas de Noruega es mucho más barato, pero está destinado a paliar una catástrofe, no a prevenirla. El tema es serio y ha sido muy mal expuesto a la opinión pública, al fin y al cabo, es algo inminente solo en tiempo geológico, lo que quiere decir que podemos empezar a notar su efecto mañana mismo o dentro de 300 años, es verdad, y esto también significa que el clima acabara definitivamente, antes o después, con el problema del desempleo.

Además del espejismo de las finanzas, todavía están estos mezquinos nacionalismos, la religión y algunas otras insensateces…Aun así quiero ser optimista; enfrentar una glaciación, es un reto inmenso, demasiado para intentar combatirlo individualmente y aparentemente, nunca antes en la historia del ser humano, fuimos tantos, con la capacidad y la tecnología necesaria. Tenemos la oportunidad de preservar la vida, de salvar un gran número de especies, no solo la nuestra. Las circunstancias en algún momento exigirán de nosotros entre otras cosas, que reconozcamos, que la vida en el estado evolutivo actual, es algo tan raro, tan escaso en la inmensidad del cosmos y tan preciado por tanto, que merece que dejemos nuestros prejuicios a un lado y le prestemos la debida atención.

De momento la opción que se ha elegido es discutirlo políticamente y en definitiva ningún país parece dispuesto a perder de vista las fluctuaciones de la bolsa de valores y la prima de riesgo.  A mí me parece que es urgente que dejemos de pensar como putos matones y mercachifles, porque una vez más, los arboles no nos dejan ver el bosque. La humanidad ha sobrevivido, a duras penas, a varias glaciaciones, los Neandertales no lograron superar la última, así que ya somos la única especie humana que queda. 

Primera parte:


Bibliograf.: Jon Erikson "Las Edades de Hielo".

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