No creo en la religión, no creo que ayude a nadie, no creo
que sea algo bueno, de hecho no creo que nadie haya cometido mas crímenes que
la gente religiosa. La gran mayoría de la gente religiosa cree que la humanidad
no podría avanzar sin cadenas porque no confían en el ser humano, quizás habría
que aplicar aquí el dicho: “cree el ladrón que todo el mundo es de su condición”, pero los dichos son una
mierda, siempre hay otro que lo contradice. Decía el humorista Bill Hicks algo
así como que lo ultimo que querría Jesucristo en el caso de que volviera (al
parecer uno de cada cuatro habitantes de cualquier país occidental, cree que
esto ocurrirá durante su propia vida, según dice una encuesta), seria ver a sus fans promoviendo guerras y
adornándose con cadenas con cruces de oro y plata y estoy de acuerdo, no creo
que lo entendiera en absoluto. Pero es así, los cristianos han delegado su
responsabilidad en cuanto al hecho de comportarse como verdaderos seguidores de
Jesucristo, en instituciones de poder como la Iglesia y el estado, hace mucho
que los corderos de dios se volvieron simples borregos en el mejor de los
casos, o en el peor, hipócritas.
Tampoco soy Budista y digo esto porque el budismo
técnicamente no es una religión aunque un buen montón de gente que se denomina
budista, ve en Buda un ser divino, cosa que el consideraba una solemne estupidez.
Las filosofías como las religiones se escinden con facilidad, por la sencilla
razón de que son creaciones mentales y como tales, son muy maleables. Otros
dirían peyorativamente invenciones, en lugar de creaciones mentales, pero lo
cierto es que cuando surgen, lo hacen por motivo de necesidades circunstanciales
reales: el cristianismo acabó con la gilipollez de los sacrificios de animales que
aun practicaban los judíos, que en su momento acabaron con los sacrificios
humanos de las religiones de la antigüedad, aunque lamentablemente como ya
observó Jean Cocteau: “ninguna revolución permanece pura mas de quince minutos” (y en seguida se estanca, quizás le
falto decir).
De forma despreocupada, me gustaba pensar de mi mismo que
era agnóstico, agnóstico panteísta concretamente, porque suena muy bien, como a
intrépido racionalista o así, pero después de leer en la Wikipedia sobre el
tipo que acuñó el termino, Thomas Huxley, he decidido renunciar a cualquier
etiqueta de momento, porque este señor era partidario de que se enseñara la
Biblia en las escuelas. De hecho, lo que me había propuesto al empezar a
redactar esto, era hacer una defensa del agnosticismo frente a los ataques que
viene recibiendo desde siempre y desde todos los ángulos: los religiosos lo
tachan de ateísmo y los ateos de traidores oportunistas, sin embargo no me
queda mas remedio que dejarlo estar, los ateos tienen razón, los agnósticos son
algo incoherentes.
Ahora bien, no es cierto que los ateos no creemos en nada,
yo creo en el ser humano, en que la ciencia puede satisfacer nuestras
necesidades espirituales, o intelectuales, como se quiera llamarlas. Creo que
en algún momento llegaremos a comprender el funcionamiento de lo que llamamos
realidad y conoceremos el proposito de la existencia. Algunos por el contrario,
lo siento por el valiente y admirable Bertrand Russell, son desde mi punto de
vista, pesimistas, creen que después de la muerte no hay nada; porque quieren
ser lógicos y coherentes, fieles a lo puramente empírico, restringiéndose a si
mismos cualquier especulación al respecto. Es muy respetable.
No creo que haya ninguna incoherencia en lo que digo, no lo
sabemos todo y especular es una cosa que hacemos bastante bien los seres
humanos. A veces especulo sobre esa forma de conocimiento intuitivo, que se
encuentra en la naturaleza de todo el mundo, esa especie de vaga certeza que
impulsa a las personas a descubrir y querer darle un sentido a todo. Sabemos
que nuestro cerebro funciona como un sistema de filtrado, en todo momento
recibe la totalidad de la información que se encuentra a nuestro alcance, pero solo
consideramos útiles para nuestro día a día una pequeñísima parte de esos datos,
tendemos por tanto a reducir nuestro mundo a ese puñado de información y llegamos
a creer que es todo lo que hay, sin embargo a veces los filtros sufren un
desajuste y en un relámpago la realidad se manifiesta espontáneamente con una
extraña pureza. Carl Sagan decía que “deberíamos prestarle atención a nuestro
subconsciente, porque a menudo es mas sabio que nuestro ser consciente”.
Los ateos hemos sido siempre una minoría, aunque los ha
habido durante toda la historia de la humanidad: el ateísmo puede decirse que
nace primero en la India, aunque el occidental viene de la escuela de Cirene,
fundada en el norte de África por seguidores de Socrates, lógicamente lejos de
Atenas. La escuela se dividió rápidamente en, por decirlo de alguna manera, optimistas
y pesimistas, que son las formas en las que permanece en la actualidad. Por
otra parte el ateísmo nunca ha sido, ni es, una doctrina. El que aquellos griegos
fundaran una escuela, no quiere decir que hicieran apostolado, ni ninguna Yihad:
pensar era una disciplina en el ámbito y la época del helenismo, se pensaba y
se enseñaba sobre muchas cosas, astronomía, física, filosofía, estaba todo por
descubrir y la gente quería saber. Hoy solo queremos fútbol. Por eso algunos
comediantes como Bill Maher se han atrevido a retomar la lanza de Bill Hicks,
porque estamos en un momento critico: el desencanto, la apatía y la comodidad
están dando carta blanca a nuevos mesianismos que indefectiblemente nos
conducirán a nuevos desastres humanitarios.
La historia de la humanidad en cierto modo se comporta como
la vida de un individuo, que según va creciendo y adquiriendo conocimientos,
abandona unos intereses y se interesa por otros, de igual manera la humanidad
ha ido abandonando costumbres irracionales y continua avanzando hacia el estado
adulto. Sin embargo hay esta cosa de la religión que es como un infantilismo, una
rémora insufrible, basado en algo irracional e inexplicable que sus seguidores
llaman dogma de fe. La fe religiosa es un misterio para mi, como los me
sumerios, es una herramienta de poder y desde luego no es una virtud como la
esperanza, mucho mas humilde (ni siquiera las leyes de la física son un dogma).
Mahoma no era un hombre pacifico, el Coran esta plagado de
incitaciones a la violencia y amenazas, así que el Islam no es una religión de
paz, ni siquiera es una religión, es una mezcla de nacionalismo árabe (imperialismo
en el caso de los países musulmanes no árabes) y culto a la autoridad y al
poder, como creo que ya he dicho alguna vez. Es el ultimo reducto de la irracionalidad
de otros tiempos y latitudes. A pesar de
todo, estoy convencido que Charlie Hebdo caricaturizaría a los miserables que
aprovechan la situación para ensañarse con las mezquitas y los comercios
árabes.
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