Fernando Vallejo detesta a la Iglesia, a la católica sobre
todo, a las evangelistas o las
protestantes solo las desprecia, como al Islam. Razones tiene y las expone, no
son nuevas, hace siglos que se debaten y ninguna aparentemente convence a
quienes deciden tener fe, las razones y la lógica de nada valen contra la
ceguera voluntaria. Milenios de corruptelas, torturas, asesinatos, genocidios y
mentiras, en definitiva casi toda clase de injusticias son puestas de
manifiesto en el libro “La Puta de
Babilonia” donde, con el tono
furioso de un dominico del santo oficio a pie de hoguera, entre maldiciones e
improperios, de alguna manera desguaza el entramado y pone todo patas arriba, dándonos una idea de la magnitud del desaguisado a
través del tiempo, tratando asimismo algunos despropósitos más, relacionados
con la presunta autoría de los textos bíblicos y la propia vida del
protagonista.
De no haber existido el cristianismo, Constantino aun podría
haber elegido alguna de las variantes del gnosticismo , del mitraismo o del mazdeísmo
entre un sin fin de ismos mas y aun así probablemente el mundo resultante al
transcurrir los siglos, quizás no habría sido muy diferente del actual, pues en
muchas ocasiones todos estos credos compartían algunos aspectos del culto o se
complementaban de alguna manera; no eran tan diferentes. Es cierto que el
gnosticismo estaba demasiado impregnado por Egipto al igual que el mazdeísmo
era demasiado persa y el mitraismo, de donde los cristianos tomaron parte de los rituales para su propia
liturgia, era tan antiguo como los Vedas en la India , por el contrario el cristianismo a pesar
de haber derivado de las adaptaciones hebreas de varios mitos de las dos
civilizaciones mas antiguas del entorno, la mesopotámica y la egipcia, era una
religión nueva, fraguada en el ámbito del helenismo, aunque sin compromisos
adquiridos, fresca y moldeable. Constantino quiso darle una religión a su
imperio y eligió la por entonces vilipendiada doctrina cristiana para desafiar a
Magencio, otro emperador con quien tenía que compartir el control del Imperio
Romano y del que por tanto debía deshacerse. Era una estrategia, un asunto de
uniformismo político y religioso, una cuestión de estado en la mente del santo emperador
romano del cisma ortodoxo, si bien para los cristianos de entonces, llegar a
ser la religión oficial del imperio de nuevo unificado, significó el disparo de
salida que muchos esperaban para poder saquear, asesinar, torturar y demás, con
total impunidad en nombre de Dios.
Lo que realmente llama la atención es el grado de ceguera
que los seres humanos nos imponemos, que en muchos casos nos impide ver lo
evidente y actuar en consecuencia, de manera que acabamos colaborando
inopinadamente con aquellos que no nos quieren bien. Por eso Fernando Vallejo
odia también a la gente, no a toda la gente pero si a la mayoría colaboracionista
y a decir verdad no se equivoca tanto. No habría habido Papas criminales y lascivos si no hubiera habido siempre
personas dispuestas a satisfacer las mas intimas necesidades del poder y prosperar
por cualquier medio. Ya está bien de sacralizar al bendito “pueblo”, ese sector
social de donde aparte del gran numero de personas honradas, también se extraen los asesinos, putas,
testaferros y chivatos, tan útiles todos. Cuando hablamos del “pueblo”, en
referencia a los ciudadanos de a pie, se nos llena la boca con el termino
aunque está indudablemente sobrevalorado, no merece nombre porque realmente no
parece que exista tal entidad, es el único (supuesto) poder carente de
cualquier tipo de organización significativa, a diferencia del resto de
estamentos que actualmente constituyen la sociedad en general, de tal forma que
las veces que ha protagonizado algo, lo ha hecho inducido por alguien, el
hambre o la desesperación y siempre actuando de un modo caótico y a menudo
terrorífico y bestial (parafraseando un dialogo de MIB: “la masa es un animal
estupido y peligroso). El movimiento social del 15M es la excepción que
confirma la regla y una verdadera Iglesia en el sentido etimológico del
original griego no cristiano ekklēsía ( ἐκκλησία): una reunión
de gente congregada públicamente para tratar asuntos de orden político.
“La puta de Babilonia” como ya digo, es un resumen desde los orígenes, de los desaguisados
cometidos en nombre de la doctrina cristiana, una estentórea denuncia entre el
sarcasmo y la burla, cuajada de exabruptos contra todas las canalladas,
falacias y abusos que ha permitido, cometido o en los que ha participado el
dogma cristiano. Es un libro concienzudamente irreverente y mal hablado, pues
le parece imposible al autor tratar el tema de ninguna otra manera. No puede
decirse que esté equivocado, y aunque hay mucho odio expreso en el libro, a
pesar de todo parece evidente que tratar en términos tan “vulgares” a la
Iglesia puede ser de alguna manera una especie de exorcismo, un vade retro
contra toda la parafernalia domesticadora de esos lobos con piel de cordero de
Dios. Provocación contra la ignorancia general y la absurda sumisión de las
masas a oscuras tradiciones. Provocación contra la ignorancia general y la
absurda sumisión de las masas a oscuras tradiciones, si bien en el libro se comete
algún error, involuntario o no, supongo que el autor dirá que puestos a hablar
de sandeces todos tenemos derecho. Aparentemente muchos de los primeros
cristianos erraban y no entendían, ya por entonces, el significado de lo
expresado en los textos doctrinales. Quien esté libre de pecado, que tire la
primera piedra.
Ahora bien, aunque comprendo la postura del autor, comparto
con el difunto Saramago el asombro por el solo hecho de que el libro exista,
que se haya permitido su publicación en un país secularmente sometido a la tradición
religiosa, es raro que nadie haya querido entrar al trapo. Pero corren tiempos
extraños, sin ir mas lejos parece que se ha desatado una cierta polémica alrededor de otro libro que en este caso no
pienso leer, firmado esta vez por una tal Constanza Miriano donde al parecer
sencillamente se divulga o desarrolla una antigua máxima bíblica, absolutamente
anacrónica y políticamente incorrecta: la mujer debe someterse al albedrío del
hombre, representante de Dios ante ella en la tierra. Si las mujeres católicas
se molestaran en leer la Biblia (Efesios 5:23) es probable que muchas cayeran en la
cuenta del error en el que se encuentran o puede que no. Qué más da, al fin y
al cabo, de todas formas una democracia teóricamente laica y civil que prohíbe
partidos políticos, censura libros y penaliza las manifestaciones publicas, por
mas que los partidos sean fascistas, los libros cerriles y las manifestaciones
pacificas, no es una democracia real.
No hay comentarios:
Publicar un comentario