martes, mayo 19, 2009

Impresiones de viajes II




Intro.

Las Piramides son verdaderamente impresionantes, sin embargo hay que hacer un esfuerzo importante para imaginarse como fueron originalmente, ahora mismo el monotono color de la arena, no nos da ninguna pista, tampoco ayudan los imperdonables vendedores de souvenirs, ni los camellos, mucho menos la absurda procesion multicolor de los turistas. Herodoto describe la tierra de Egipto durante los cuatro meses de la inundación, como un mar, y las ciudades como islas. La presa de Assuan acabó con las endemicas epidemias y los cocodrilos, pero le robó al Nilo su magia. Las pirámides formaban parte de un complejo funerario cuadrangular, diseñado como una ciudad, con edificios, calles y un canal que traia agua desde el Nilo, por lo que cabe imaginarse que todo el conjunto estaria adornado con jardines. Ni Herodoto ni Diodoro de Sicilia mencionan la gigantesca cuarta piramide, quiza porque esta se encontraba separada del resto o tal vez porque entonces ya se la habia tragado el desierto o puede que los conquistadores persas construyeran la fortaleza que daria origen a el Cairo, con las entrañas de Atum-Ra, la colina primordial que se hizo erigir Djedefre, siete metros y pico mas grande que la Gran Piramide.

Solo disponianos de apenas dos horas, para tratar de visualizar todo esto, mientras tratabamos de desembarazarnos de los siempre inoportunos vendedores de escarabajos y turbantes, y de los omnipresentes policias, inanimados la mayoria excepto los escasos desafortunados que se encargan de la inacabable tarea de hacer bajar a la gente de los enormes escalones, a los que se suben continuamente para hacerse fotos y es que los retratos con la piramide al fondo no proporcionan una idea precisa del volumen de la obra.

La imponente Esfinge, vigila el acceso al complejo funerario de Gizah, aunque Herodoto ni siquiera la menciona, puede que estuviera cubierta de arena, en tiempos de Tutmosis IV solo sobresalia la cabeza. Por una parte la arqueologia oficial acepta el -7.500 como fecha de fabrica y al rey Khefren como su autor. Sin embargo un variopinto grupo de especialistas, de los que el profesor Hawass no quiere ni oir hablar, basandose en la observación de determinadas huellas de erosion, aparentemente provocada por la lluvia, retrasan hasta el -12.500 la fecha en que fue tallada, ya que por aquel entonces si debia llover con asiduidad, cosa que no ocurre en absoluto en la actualidad. Se han aportado pruebas indirectas de naturaleza astronomica para avalar esta, por el momento, exigua teoria, como la que relaciona la alineación de las tres pirámides con la de las estrellas del cinturón de Orion, y que tambien afirma que la esfinge mira al Este porque era por alli por donde aparecia la constelación del Leon en el -12.500. Por otra parte hay eminentes arqueologos que ven en la enorme cabeza los rasgos de Kheops y no los de Khefren, opiniones para todos los gustos.  


II.

El Llamado Imperio Antiguo se inicia con Menes, o con Narmer, o con Aha, o puede ser  que todos fueran el mismo, los faraones tenían la costumbre de tener diferentes nombres, uno de Horus,  otro de nisut-bity (rey del sur y del norte), y unos cuantos mas sin contar los grandilocuentes apelativos honoríficos.

 Existen listas de reyes  , como la del papiro de Turín, o la que nos proporciona Manetón, sin embargo la arqueología  ha demostrado que no son muy precisas, aunque parece haber cierto consenso y para el comienzo de la era dinástica se acepta como fecha aproximada el -5000.  La I y II dinastías  emplearon todos sus esfuerzos en mantener cohesionadas las dos tierras, pero ni los feudales del Sur ni la burguesía de las ciudades del Norte se lo pusieron fácil. En un principio se conservaron las instituciones originales de cada región,  en el vano intento de mantener una imagen de normalidad, hasta que ya en tiempos del rey KhaseKhemui, las cosas se pusieron feas. Mientras él se aventuraba en  una expedición a Nubia,  el príncipe feudal de Nubt, Peribsen,  aprovechando su ausencia,  se proclamó rey,  dividiendo nuevamente Egipto en dos.  La guerra que se cobró decenas de miles de muertos la ganó KhaseKhemui, tras la cual procedió excluyendo definitivamente a los feudales de la escena política y sometiendo a los burgueses  al control de intendentes reales. Heliopolis continuó siendo una ciudad sagrada, a pesar de que en adelante los reyes ya no la requerirían más para legitimar su poder. 

Las instituciones tanto del Norte como del Sur fueron vaciadas de contenido y rellenado el esqueleto administrativo resultante con gente allegada al rey. Con el tiempo las formas administrativas del Norte acabaron instaurándose también en el Sur.

 Además de la cosmogonía solar de Heliopolis que data de la época del reino de Buto, sobrevivía en Hermopolis la de Thot, distinta en cierto modo, más física y tal vez mas antigua, quizá aun influenciada por la cosmogonía asiática. La religión solar revela que dentro del Caos primordial (Nun), aunque nada había sido creado aun, se encontraba diluido Atum, fuerza generadora o espíritu de la vida, quien reconociéndose a si mismo , llegó a la existencia, desdoblándose luego para dar origen al dios Ra, la conciencia de Atum.  

Atum-Ra  crea los elementos aire (Shu) y fuego (Tefnut), de cuya unión nació el dios Tierra (Geb) y la diosa cielo (Nut), padres de Osiris, Isis, Neftis y Seth, dos parejas que vienen a significar  los principios del bien y del mal. En total nueve dioses, la Eneada Heliopolita, claramente sincretista, es un autentico rebujo que resume en cierto modo las distintas etapas por las que tuvo que pasar la sociedad desde sus inicios.  Osiris además de representante del bien asume también el papel de creador de la humanidad y de toda vida, también será Nepri, dios del grano, proveedor de nueva vida, símbolo de la resurrección y rey del mas allá. El mito de Osiris es muy conocido gracias a Plutarco, la leyenda de este dios-hombre elaborada desde principios de la época predinástica, parece evidente que refleja las desavenencias no solo entre dioses, sino también las de los antiguos reinos del norte y del sur, además resume las estrechas relaciones del bajo Egipto con la costa siria desde épocas tempranas.

En Hermopolis, Thot, en el papel de del dios Atum, aparece rodeado por cuatro parejas de dioses: Nunu y Nunet que simbolizan el agua primitiva, Kaku y Kaket, las tinieblas, Hehu y Hehet, el espacio, Niu y Niut, la inmovilidad, donde los elementos masculinos son representados como ranas y los femeninos como serpientes. La representación del caos que contiene a Atum (Thot)  es la de un pantano del que surge una colina sobre la que se originará un huevo del que vendría a salir  el Sol. Es una versión con  tinte evolucionista, donde las cosas derivan unas de otras, que la distingue de la versión de Heliopolis, en la que se muestra a Ra como la voluntad creadora.  La idea de la preeminencia de Ra se difundió con rapidez, fundamentalmente para reemplazar la influencia de  Horus en el panteón, demasiado ligado a las todavía recientes trifulcas entre las dos tierras,  además convenía al poder real,  cada vez mas inclinado hacia el absolutismo, sin embargo los reyes nunca abandonaron el culto de Horus.

Durante la III dinastía, se establece una compleja maquina burocrática,  el funcionariado representa en si mismo un nuevo poder dentro del estado y los mas altos cargos, adquirirían con el tiempo el estatus que ostentaba anteriormente la nobleza.  En cuanto a los sacerdotes de Heliopolis acabaron siendo nombrados directamente por el rey,  puede que ese sea el caso del mítico Imhotep, arquitecto en jefe, canciller (cargo máximo  del estado)  del celebre rey Djeser y también Gran sacerdote de Ra. Ellos inauguraron la época de los constructores de pirámides. Por entonces comenzó a usarse el cartucho (shenu) para contener los nombres reales.

Todos los trabajadores que contrataba el Estado eran hombres libres, con todos los derechos y obligaciones, únicamente los prisioneros de guerra eran considerados esclavos del rey, parece ser que la legislación y la moral a ese respecto era muy estricta, durante el Imperio Antiguo  no existió la esclavitud en Egipto.

Menfis, se habia convertido en un gran centro religioso a expensas de Heliopolis, bajo el auspicio de la monarquia, allí se elaboró una nueva doctrina, consecuente con las ambiciones de la realeza, en la que Ptah asumia el papel de Atum-Ra en el esquema de la cosmogonia solar y donde en realidad todos los dioses eran  aspectos o avatares de Ptah, emanados de el. De tendencia monoteista, exhibia una profundidad filosofica singular que barajaba conceptos como el de la inteligencia o el discernimiento (sia) representado por Horus, la voluntad o la decision (hu) simbolizada por Thot, y donde Ur (Atum) dios antiguo del universo, era el corazon (inteligencia) y la lengua (voluntad) de Ptah.  La Teologia menfita impregnó no solo el pensamiento egipcio, sino el de los filosofos presocraticos griegos y a traves de ellos al mundo moderno.

 

  A Snefru, quien inaugura la IV dinastia se le atribuyen la piramide acodada de Dahchur (cerca de la que se construyó Huni poco antes del final de la III dinastia) y la torre escalonada de Meidum de clara influencia asiatica. Si bien Snefru será recordado como un rey amable y humano, su hijo Cheops (Chufu) pasará a la historia como un tirano y un despota si prestamos oidos a los sacerdotes menfitas, durante su mandato se produjo una ruptura radical entre el clero y el palacio, llegando al parecer incluso a cerrarse los templos. En el colmo del absolutismo,  la realeza se diviniza, el rey es Ra encarnado, y por extensión, los altos cargos de la administración, pasaran a ser grandes sacerdotes, los jueces seran sacerdotes de Maat ( la Justicia), el jefe de la administración será gran sacerdote de Thot (la Ley), etc.

Todavia se discute la autoria de la gran pirámide de Gizeh, debido a la escasez de pruebas que la confirmen, unicamente se ha encontrado un miserable cartucho pintado en un lugar recondito del interior de la piramide, conteniendo el nombre de Cheops, unica prueba fisica, descontando el testimonio de Herodoto, desmentido por Diodoro de Sicilia. Sin embargo, en virtud del desmesurado ego de Cheops, es plausible creer que el haya sido el autor de semejante monton de piedras. El conflicto con el clero, perduró durante los mandatos de los hijos de Cheops, Djedefre y Khefren (Khafra), se suavizó con Hordjedef (quien se hizo vegetariano y casto, tras una revelacion)  y  Baufre. Micerinos (Men kaure) hijo de Khefren, retomó el gusto de construir pirámides, pero su hijo Shepseskaf amagó una autentica revolucion, renunciando al nombre de Ra, al cartucho, a la piramide y a todo lo que tuviera que ver con el culto solar, quiza imbuido por la filosofia menfita, y desarrollando una politica de igualitarismo tanto en el plano religioso como en el social, que le valió para ser mas odiado por las clases altas que el propio Cheops,  aunque su recuerdo entre las clases mas populares bordeaba la devocion.